Mis escritos universitarios

miércoles, 16 de febrero de 2022

 

Consigna: Imaginá una situación narrativa que puedas narrar utilizando el procedimiento de desaceleración o dilatación temporal. Máximo 300 palabras.

En vela

El cajón abierto deja ver a mi padre recostado en él, su piel se ve verdosa y brillante, sorbo los mocos y me limpio de nuevo las lágrimas. Es difícil caer en cuenta cuando de un día para el otro alguien muere, ayer estaba hablando con mi papá de mi trabajo y hoy me desperté con un grito desesperado, Por favor, por favor despertate. Acaricio las manos de mi papá, entrecruzadas sobre su estómago, pienso que se ven tan distintas a como siempre se vieron, sus dedos están tiesos, rotos, para engancharlos unos con otros.

Mi familia ya salió de la funeraria, un chico se asoma por la puerta y me dice que me vaya despidiendo, no contesto y vuelvo a mirar su rostro, como si fueran otros ojos, no los míos, otros que están presenciando un velatorio, un velatorio que no es el de mi papá ¿cómo podría serlo?, debo estar en un sueño. Me acerco para dejarle un último beso, su piel se siente fría sobre mis labios, pero aún esa sensación no me ayuda a aceptar lo que estoy viviendo. Me voy a dar cuenta de a poco, cuando cocine ese pollo al horno que tanto le gustaba y recuerde que antes siempre lo llamaba para contarle lo rico que me había salido. Observo su rostro con sus ojos cerrados y sus labios pegados, aún recuerdo su voz, y cuando suene el teléfono sé que me voy a acordar de él, que era el único que me llamaba a la línea de casa, pero su voz no va a ser la que suene por el auricular. Sé que tengo que irme, pero ya nunca voy a volver a verlo y eso es lo que hace que me cueste salir de aquí, que la muerte lo borre, dejando solo los anhelos de mis memorias. El chico vuelve a asomarse, pero esta vez no me dice nada, sobreentiendo su pedido, aunque no quiera acatarlo. Me limpio las lágrimas que siguen resbalando por mi rostro, no quiero grabar esta escena, quiero recordar los buenos momentos, pero mi inconsciente me traiciona, la negación me obliga a ser una observadora. Me doy la vuelta y decido salir de ese lugar, ya es tarde, para todo.


Este fue mi primer trabajo práctico en el último cuatrimestre de la facultad, el primer día yo estaba en un funeral y no pude atender a la clase. El funeral era el de mi persona a seguir en la vida. Todos mis escritos de estos meses fueron marcados profundamente por el duelo. "¿Será posible concebir a la tristeza por fuera de la escritura?" me pregunté en esos momentos. Y descubrí que la única manera que tengo de conciliarme con la vida es escribiendo.