Nombre: El bosque de las cosas perdidas
Autora: Shea Ernshaw
Género: Fantasía juvenil
Sinopsis: "Cuidado con los bosques oscuros y sombríos… En especial, con el bosque que rodea el pueblo de Fir Haven. Algunos dicen que el bosque es mágico. Embrujado, incluso.
Aunque todos dicen que es una bruja, solo Nora Walker sabe la verdad sobre su identidad. Ella y las Walker que la precedieron siempre han tenido una conexión especial con el bosque. Y es esa conexión especial la que lleva hasta Oliver Huntsman, el chico que desapareció algunas semanas atrás, durante la ventisca más violenta de los últimos años. Oliver tendría que estar muerto, pero sigue vivo, abandonado en el bosque sin recuerdo alguno del tiempo en el que estuvo desaparecido."
Mi opinión:
No podía dejar pasar la oportunidad de escribir una reseña de la novela de Shea Ernshaw, "El bosque de las cosas perdidas", hace mucho que no leía un libro donde me fascinara tanto la narración. Con una ambientación de película y una atmósfera fría y oscura que te acompaña en toda la lectura, Shea nos introduce en el mundo de Nora Walker, una adolescente solitaria que proviene de un gran linaje de brujas, las hijas del bosque con luz de luna en su sangre.
Todas las mujeres Walker poseen un poder especial, la abuela de Nora podía meterse en los sueños, su mamá puede susurrarle a las abejas y tranquilizarlas, pero ella aún no descubrió su sombra. Sin embargo, posee habilidades extraordinarias y conocimientos extraños que solo una bruja puede tener. Nora puede ver a los muertos, o más bien, a las sombras de estos, y sobre todo, Nora, como todas las Walker, puede entrar al bosque Wicker cuando hay luna llena.
"Porque yo soy más oscuridad que chica, más sombras de invierno que sol de verano. «Somos las hijas del bosque», susurraba mi abuela."
El bosque Wicker es un lugar tenebroso del que nadie salió nunca vivo, los pocos lugareños del lago Jackjaw jamás entran ahí, es tan negro como se puede imaginar, con arboles espesos y un frío aterrador que vuelve loco a cualquiera. Pero durante la luna llena, las brujas Walker se sumergen en el bosque dormido, y encuentran las cosas perdidas que nadie sabe como llegan ahí, oro, pulseras, collares, libros, campanas, todo tipo de cosas. Hasta que un día, dos semanas después de una tormenta invernal que dejó a todos los lugareños encerrados bajo la nieve, Nora explora el bosque Wicker bajo una luna llena y recoge las cosas perdidas que ve, pero esta vez lo que encuentra no es una cosa, sino una persona.
Oliver se perdió el día de la tormenta, luego de que el invierno llegara en una sola noche, y sobrevivió dos semanas en lo más profundo del bosque Wicker, un lugar que solo las Walker pueden pisar y salir vivas. Cómo llego ahí y sobre todo cómo logro sobrevivir, son las preguntas que Nora intenta resolver, pero este no es el único misterio que envuelve al enigmático chico, y pronto descubre que el día de la tormenta no solo desapareció una persona, sino que otra había muerto.
"Sé que pasó algo malo la noche de la tormenta.
Un chico sobrevivió. Un chico murió."
Lo que más me gustó de este libro es su relato, la construcción del mundo, Shea te sumerge a una historia de un bosque tenebroso y una muerte misteriosa construyendo una atmósfera fría y oscura. Es muy fácil imaginar las situaciones narradas porque su relato abunda en detalles, una ambientación que acompaña a la historia, un bosque que está vivo y se conecta con los personajes, sobre todo con la protagonista, que respira, que siente, que actúa. Shea Ernshaw cumple definitivamente con la habilidad de excelencia del escritor, te muestra lo tenebroso del bosque, no solo te lo cuenta, te lo describe, con sus arboles espesos y su oscuridad arrolladora, con los muertos y las sombras que caminan, con las alucinaciones que susurra en los oídos de quien se atreva a adentrarse en él, con los sentimientos de un bosque que es capaz de estirar sus ramas y arañarte si lo haces enojar.
"El ambiente es frío y húmedo, y la oscuridad me dificulta ver más allá de los pies. Pero siempre te hace sentir así; cada vez hace más frío y está más oscuro que la vez anterior. Respiro despacio y avanzo, pisando con cuidado, con pausas, sobre troncos caídos y flores cubiertas de gotas de rocío que han quedado congeladas."
Shea Ernshaw construye la verosimilitud de este mundo con cada pequeño detalle que nos muestra una pizca de este gélido y tenebroso bosque, tal como las gotas de rocío congeladas o la respiración controlada y pisadas cuidadosas.
Hoy no voy a dejarles una reseña con spoilers, porque quiero recomendársela a todos aquellos que aún no la leyeron, así que no voy a ir más allá en cuanto al plot de la historia, solo voy a mencionar el excelente giro de trama llegando al final, deja explicadas las actitudes de todos los personajes que no cierran en un principio. Un buen manejo de la información por parte de la autora en este tema, supo que ocultar y que contar para que no se supiera lo que en realidad había pasado el día de la tormenta hasta el final. En cambio, la resolución del conflicto fue un poco predecible, pero no en un mal sentido ya que los signos de lo que va a suceder tenían que darse si o sí para que no quede una resolución forzada que no se integre a la historia. Tal vez este punto se le critique mucho a la autora porque repite demasiadas veces ciertas frases que contienen pistas sobre el final.
En conclusión, diría que este libro me sorprendió por el talento de la autora que se nota desde las primeras líneas de la historia, me fascinó este aspecto porque dentro del rubro de la romántica fantasiosa, muchas veces las historias son interesantes pero el relato es paupérrimo, de hecho el último libro de este género que leí me dejo con un sabor amargo en la boca por la pésima construcción de mundo y lo irracional de muchos aspectos (La selección de Kiera Cass). Leer a Shea fue una experiencia increíble y una bocanada de aire fresco, tiene un estilo tétrico y una pluma sublime, que desde el principio del libro te adentra en un bosque oscuro que no te deja escapar.
"Tenemos corazones escurridizos, sensibleros, sangrantes. Son imprudentes y tontos. Unos músculos que laten demasiado rápido, que se ahuecan al romperse. Demasiado frágiles para confiar en ellos."
